El ‘UNO’ TE CASTIGA
- Joan Plascencia López
- 18 feb 2021
- 2 Min. de lectura
En esta ocasión la meta era ganar a cualquier costo.

En mi casa vivimos 5 personas, era un viernes por la noche, cada uno de nosotros se preparó algo para cenar. Una vez que todos cenamos, entre plática y platica, se nos ocurrió jugar al juego de cartas llamado UNO, pues la semana pasada habíamos jugado y tanto a mi abuela, a mi madre y a mí nos quedó un agrio sabor de boca por la victoria de mi padre, ya que, desde nuestra perspectiva, él nos había hecho trampa.
Se empezó a sentir una tensión y una energía negativa en la casa una vez que mi padre, por haber ganado la semana pasada, barajó las cartas, repartió a los 4 jugadores y las restantes las acomodó en el centro para conformar el mazo de penitencia.
Para iniciar con el juego necesitábamos una carta del mazo, pues sin ella no podíamos tener una referencia de cómo comenzar. La carta que salió fue “4 verde”, misma que, fue rápidamente tapada por mi padre con un “4 rojo”, pues él tenía preferencia de turno por haber ganado el último juego, posteriormente fue el turno de mi abuela, quien se encontraba a su derecha y no contaba con ninguna carta roja o con algún 4, así que fue la primera en perder un turno y tomar una carta del mazo de penitencia. El siguiente turno fue el de mi madre, para su fortuna ella si contaba con una carta roja, así que procedió a poner el “1 rojo” encima de aquel “4 rojo” de mi padre, luego fue mi turno y tiré dos cartas rojas juntas sin que se dieran cuenta los demás participantes.
Pasaron las rondas y justo cuando dije “UNO” me puse a reír sin razón, pues me acordaba de lo que hice en el primer turno, los demás participantes pensaban que era una risa de burla, por lo que se enojaron. El juego culminó con una victoria y un castigo para mí, el cual fue no usar la computadora fuera de clases.



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